Valores en la familia
Maestra: Lic. Karla
Cruz Rodríguez
La familia es el lugar ideal
para forjar los valores, es una meta
alcanzable y necesaria para lograr un modo de vida más humano, que
posteriormente se transmitirá a la sociedad entera. El valor nace y se desarrolla
cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad el papel que le ha
tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos
los demás.
El
valor de la familia se basa en la presencia física, mental y espiritual
de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia,
haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en
condiciones de transmitirlos y enseñarlos
La
familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los
valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones
personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad
en el seno de la sociedad. Es por
esto que en la familia se inicia a la vida social.
Es
en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento
para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:
La alegría:
La alegría: es un valor en el cual se procura
que los miembros de la familia se ayuden unos a otros, superen obstáculos y
compartan sus logros. Así mismo la alegría no depende de las circunstancias ni
de las facilidades de la vida, se fundamenta en lo profundo de la persona, de
una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.
La generosidad: uno de los valores que se
fomentan en la vida familiar. Entendiendo por generosidad el actuar en favor de
otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer algo por otras personas
puede traducirse de diferentes maneras, por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y
atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.
Se notará una actitud generosa en una
persona que se esfuerza por hacer la vida agradable a los demás miembros de la
familiar.
El respeto: hacia los demás miembros es otro
de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo respeto a la
persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las
cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones,
éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Es en la familia donde
el niño aprende que tanto él o ella como sus ideas y sentimientos merecen
respeto y son valorados.
La justicia: se fomenta en el
seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la
misma. Recordemos que la justicia consiste en dar a cada uno lo que les
corresponde. Una persona que se esfuerza constantemente por respetar los derechos de los demás y le da
a cada uno lo que debe, tiene la virtud de la justicia.
La responsabilidad: significa asumir las
consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás.
Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus
deberes y obligaciones, es por ello, de
gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy
claras. El desarrollo de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo, esto con
vistas a la participación de los hijos en la vida familiar primero, y a la vida
en sociedad después, de una manera responsable y autónoma.
La lealtad: surge cuando se reconocen y
aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal manera que se busca fortalecer y
salvaguardar dichos vínculos así como los valores que representan. La
aceptación y el reconocimiento de este vínculo no se centran hacia el futuro, como
una posibilidad, sino que es una realidad actual. Este vínculo no pasa con el
tiempo, es profundo, suele madurar y fortalecerse a la larga.
Es en la familia donde surgen y se fortalecen
este tipo de vínculos, por ejemplo, un niño pequeño aprende a ser leal al
esforzarse por ayudar a los demás, al procurar hacer todo lo que pueda para
cumplir con lo que sus padres le dicen que es bueno. Se muestra lealtad entre los
hermanos al apoyarse, defenderse y ayudarse ante las dificultades, ante la
amenaza de personas o circunstancias ajenas a la familia.
Conviene aclarar que ser leal a los papás,
por ejemplo, no significa aprobar una conducta errónea de los
mismos, sino el respetar y cuidar su buen nombre, se trata de ser sincero con
ellos, además de ayudarlos a superar las dificultades.
Lo mismo ocurre al ser leal a la patria, esto
no supone ocultar o negar los males y deficiencias que en ella puedan existir,
sino el proteger, reforzar y participar en la vivencia de los valores de la
misma.
La autoestima: es uno de los
valores fundamentales para el ser humano maduro, equilibrado y sano. Este valor
tiene sus raíces y fundamentos en el núcleo familiar.
Se entiende por autoestima la visión más
profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las
elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia
conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos.
Desde niños vamos construyendo el concepto de nosotros mismos de
acuerdo a los mensajes recibidos de nuestros padres, hermanos, familiares,
amigos y maestros. Es la suma de la autoconfianza, el sentimiento de nuestra
valía personal y de nuestra
capacidad. Ésta se basa en la variedad de pensamientos, sentimientos,
experiencias y sensaciones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida,
pero principalmente a lo largo de nuestra infancia y adolescencia.
Si
queremos construir una personalidad fuerte y equilibrada,
es de vital importancia que como padres hagamos sentir a nuestros hijos que son
dignos de ser queridos con un amor incondicional, es
decir, no condicionado a su comportamiento, calificaciones o actitudes.
Elevar la autoestima de nuestros hijos es de
vital importancia, ya que contribuimos a que desarrolle la convicción de que es
estimado y valorado, que es competente para enfrentarse a la vida con confianza
y optimismo, y que es merecedor de la felicidad.
Conclusión:
cuando se es pequeño la familia tiene gran valor en nuestra vida, es donde
empezamos a observar modales y la mayoría de las veces se hace un seguimiento a
estos, también se empieza a socializar por medio del lenguaje, y con esto se da
un apego de gran importancia en el desarrollo psicomotor de cada persona , es
así como los miembros de la familia poseen una parte importante de cada
integrante, independientemente si en este grupo podría desarrollarse
favorablemente y sin tener en cuenta quienes y como son sus padres, el niño
sabe que ahí pertenece a ese vínculo, es
por ello la importancia de transmitir los valores de buen modo.
Anexos
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